La masculinidad es la
construcción cultural de género que
designa el rol de los varones en la
sociedad.
Se entiende por «masculinidad» un
conjunto de características asociadas al rol tradicional del varón. Algunos ejemplos de esas
características son la fuerza, la valentía, la virilidad, el triunfo, la competición,
la seguridad, el no mostrar afectividad, etc. De manera que a lo largo
de la historia, y todavía hoy día, los varones han sufrido una gran presión
social para responder con comportamientos asociados a esos atributos.
Se entiende por «masculinidades» a
un conjunto de construcciones culturales a través de la historia, por las
cuales se les asignan a los varones ciertos roles sociales propios de su
género. Desde esta perspectiva se le asignan, también, otras características a
las mujeres. Se espera de los varones que sean fuertes, independientes,
agresivos, activos, resistentes, que soporten el dolor y que sean ellos los
violentos.
La masculinidad hegemónica o machismo está asociada directamente
con el patriarcado como
lógica de relación y de comprensión del mundo, donde el varón es el género
predominante en la condición humana.
La palabra Androcentrismo proviene
del griego Andros (Hombre) y define la mirada masculina en el centro del
Universo, como medida de todas las cosas y representación global de la
humanidad, ocultando otras realidades, entre ellas la de la mujer.
Nuevas masculinidades: la igualdad
de género construida desde los hombres
Un curso destinado a hombres
plantea alcanzar la igualdad real a partir de la sensibilización, la labor y la
perspectiva de género masculinas.
"No hay nuevos hombres. Los
que hay ahora los ha habido siempre pero han estado invisibilizados. Y ahora
afloran otras maneras de ser hombre".
Alumnos del curso sobre nuevas
masculinidades trabajan en una sesión en Córdoba.
"Existen muchos hombres con
conciencia para trabajar por la igualdad que sienten la necesidad de buscar
caminos para ello. Pero es un camino que deben hacer ellos mismos".
Con estas palabras, el sociólogo Hilario Sáez sintetiza el objetivo sobre
el que trabaja con hombres de toda Andalucía para construir la igualdad de
género desde la perspectiva masculina. Con el curso Nuevas masculinidades,
género e igualdad desde la perspectiva de los hombres, que imparte a
trabajadores de las delegaciones provinciales de la Consejería
de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, este
sociólogo trabaja con hombres para que sean ellos mismos, desde sus
experiencias del día a día y sus reflexiones, los que hagan aflorar la
desigualdad de género que existe en la sociedad y poder así superarla.
Se trata, con ello, de superar
la visión androcéntrica del mundo para trabajar por la igualdad desde una
perspectiva de género masculina. Y es ahí donde, junto a las realidades de
desigualdad efectiva entre hombres y mujeres, afloran también las nuevas
visiones masculinas, esas "nuevas masculinidades" que apuestan
por construir una sociedad en igualdad. "No hay nuevos hombres. Los
que hay ahora los ha habido siempre pero han estado invisibilizados. Ahora
afloran otras maneras de ser hombre", sintetiza Hilario Sáez.
La experiencia de este sociólogo
con los hombres –también algunas mujeres- con los que trabaja en sus
cursos pone sobre la mesa esta realidad. "Necesitamos que haya una
reflexión específica de los hombres para incorporarse a la lucha por la
igualdad", señala para explicar esta tarea. Y advierte, sobre
nuestra sociedad: "La igualdad es un salto evolutivo incuestionable e
imparable".
De ahí que los hombres
participantes en los cursos hayan puesto sus experiencias cotidianas al
servicio de esta reflexión. Han llegado a dibujar un "mapa de
privilegios masculinos" que se dan en el ámbito personal, social,
laboral o sexual en el día a día. Unos privilegios masculinos que
"están ahí, se ejerzan o no por uno mismo" y que reflejan la visión
androcéntrica de la sociedad.
El relato de los propios alumnos
pone sobre la mesa tópicos que se dan, según sea el protagonista hombre o
mujer, de una u otra manera. La promiscuidad, la corresponsabilidad en la
reproducción, los cuidados de hijos y personas mayores, las tareas
domésticas, la mayor o menor autoridad social o los privilegios laborales
forman parte de este mapa de la desigualdad.
Roles de cuidador
y protagonistas de la violencia
Y junto a ello, dos aspectos
específicos en los que la desigualdad entre hombres y mujeres se hace
evidente y que merecen especial estudio. El primero, el concepto del
cuidado personal: "¿Cómo me cuidan? ¿Cómo cuido? ¿Cómo me
cuido?". Son tres preguntas clave para conocer que las mujeres tienen
una conciencia superior de cuidar pero poca de cuidarse a sí mismas, mientras
que en los hombres es al revés y, dato curioso, "no tienen conciencia
de no estar cuidándose, lo que supone un problema de salud pública",
alerta este sociólogo.
El segundo de los aspectos
evidentes de la desigualdad entre hombres y mujeres es la violencia.
"En general y de forma cotidiana, la mayoría de los protagonistas y
víctimas de la violencia son hombres. Pero si hablamos específicamente de
violencia de género, las víctimas pasan a ser mujeres. Y aquí ponemos el
foco en el agresor – el hombre- de manera que conseguimos concienciar al
resto de hombres de que el silencio les hace cómplices", relata Sáez
para quien los propios alumnos son los que se dan cuenta de que "el
machismo mata porque el machismo es violencia".
Todo ello genera entre los hombres
un planteamiento nuevo y una reflexión sobre el modelo tradicional de
masculinidad, que puede ser superado por esas nuevas masculinidades:
"Se trata de cambiar la perspectiva del mundo androcéntrica",
dice este sociólogo, que no deja fuera una mirada hacia la juventud para
advertir de la repetición de roles machistas. "Hay que actualizar los
mensajes para llegar a los jóvenes. Porque sí hay un cambio real en parte
de la juventud hacia la igualdad, pero hay una gran mayoría que en general
sigue estando al aire de lo que educa la publicidad en estereotipos".
Como positivo, eso sí, destaca que
todo eso se está moviendo y que, "afortunadamente, se cuestiona la
mentalidad patriarcal", también desde los hombres que buscan esos
caminos para avanzar en la igualdad real. Una tarea que para este
sociólogo, que hasta ahora ha impartido el curso en Córdoba y que seguirá
hasta después del verano en Sevilla, Huelva, Cádiz, Granada y Almería,
"ya es hora de que la asuma la administración como tarea prioritaria".
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